miércoles, 29 de septiembre de 2010

Festival de la Mejorana en Guararé

Cada año se dan cita en Guararé cientos de delegaciones de todo el país, para participar en el Festival de la Mejorana, cuyo propósito es preservar el folclor y las tradiciones de la cultura nacional. Durante una semana se respira el aire costumbrista de las diferentes manifestaciones culturales del país.

Es un gran esfuerzo que lleva adelante el patronato del festival, conformado por hombres y mujeres que aportan su cuota generacional para que no muera la “tradición”. La magnitud del festival reclama mayor ayuda económica de la que recibe. Son muchos los gastos y mayor el número de las delegaciones cada año. Es el encuentro folclórico más grande del país, por su duración y tamaño, que bien merece el apoyo oficial por los fines y objetivos que persigue. Si la mitad de los millones que se le da al Carnaval se le traspasará al Festival de la Mejorana, cuántas cosas maravillosas podrían hacerse.

Ahora que tenemos un gobierno maniflojo para ciertas cosas, como la compra de los corredores Norte y Sur, la indemnización por los buses chatarra y la multimillonaria torre financiera de 70 pisos en la Avenida Balboa, a lo mejor le crea un fideicomiso al Festival, para su manutención y progreso. Si hay millones para multimillonarias constructoras extranjeras, pago por buses destartalados y el monumento al ego político de la tuza financiera, ¿por qué no haberlos para preservar el folclor nacional, a través de una actividad donde no se persigue el lucro sino la vigencia de las tradiciones nacionales?

Ver a niños y viejos interpretando la mejorana, el tambor y el violín o el acordeón; ver los diablicos sucios y limpios, los diablos espejos y cucuá; ver los congos, el zaracundé, los manitos, las polleras y el montuno; ver el mar de sombreros “pintaos” y las camisillas, las yuntas de bueyes tirando de las carretas, y escuchar la saloma, las décimas, la cumbia, el punto, el tamborito, un atravesado y un pasillo, enorgullece y llega hasta los tuétanos.

Pero el Festival de la Mejorana va mucho más allá de la actividad folclórica; su eje es la fiesta de la Virgen de Las Mercedes, Patrona de Guararé, en cuyo honor se creó el festival. Es esa doble tradición, religión y folclor, lo que hace de la Solemnidad de Las Mercedes y del Festival de la Mejorana, una celebración única. Religiosidad y fiesta popular se entremezclan, aunque no siempre armonizan debido a los excesos mundanos que algunos intentan introducir en pos del lucro que deja la incitación al vicio; pero cuando la frontera entre una y otra se respeta, la convivencia es llevadera.

Hasta el momento Guararé y su festival han sobrevivido a los intentos de una pretendida modernización obnubilada por las pingües ganancias que podría producir tal “modernismo” y que no deja ver, a sus promotores, la magnitud de la riqueza cultural que encierra las tradiciones y el folclor que el pueblo guarareño defiende con fuerza y valentía.

La Mejorana es para siempre, mientras haya vida y pundonor en un pueblo que se caracteriza por su acendrado regionalismo y tradición. Que la Virgen de Las Mercedes, Patrona de Guararé, interceda para que continúe esta manifestación popular que reúne a todas las expresiones folclóricas de Panamá.

Festival de la Mejorana en Guararé

Cada año se dan cita en Guararé cientos de delegaciones de todo el país, para participar en el Festival de la Mejorana, cuyo propósito es preservar el folclor y las tradiciones de la cultura nacional. Durante una semana se respira el aire costumbrista de las diferentes manifestaciones culturales del país.

Es un gran esfuerzo que lleva adelante el patronato del festival, conformado por hombres y mujeres que aportan su cuota generacional para que no muera la “tradición”. La magnitud del festival reclama mayor ayuda económica de la que recibe. Son muchos los gastos y mayor el número de las delegaciones cada año. Es el encuentro folclórico más grande del país, por su duración y tamaño, que bien merece el apoyo oficial por los fines y objetivos que persigue. Si la mitad de los millones que se le da al Carnaval se le traspasará al Festival de la Mejorana, cuántas cosas maravillosas podrían hacerse.

Ahora que tenemos un gobierno maniflojo para ciertas cosas, como la compra de los corredores Norte y Sur, la indemnización por los buses chatarra y la multimillonaria torre financiera de 70 pisos en la Avenida Balboa, a lo mejor le crea un fideicomiso al Festival, para su manutención y progreso. Si hay millones para multimillonarias constructoras extranjeras, pago por buses destartalados y el monumento al ego político de la tuza financiera, ¿por qué no haberlos para preservar el folclor nacional, a través de una actividad donde no se persigue el lucro sino la vigencia de las tradiciones nacionales?

Ver a niños y viejos interpretando la mejorana, el tambor y el violín o el acordeón; ver los diablicos sucios y limpios, los diablos espejos y cucuá; ver los congos, el zaracundé, los manitos, las polleras y el montuno; ver el mar de sombreros “pintaos” y las camisillas, las yuntas de bueyes tirando de las carretas, y escuchar la saloma, las décimas, la cumbia, el punto, el tamborito, un atravesado y un pasillo, enorgullece y llega hasta los tuétanos.

Pero el Festival de la Mejorana va mucho más allá de la actividad folclórica; su eje es la fiesta de la Virgen de Las Mercedes, Patrona de Guararé, en cuyo honor se creó el festival. Es esa doble tradición, religión y folclor, lo que hace de la Solemnidad de Las Mercedes y del Festival de la Mejorana, una celebración única. Religiosidad y fiesta popular se entremezclan, aunque no siempre armonizan debido a los excesos mundanos que algunos intentan introducir en pos del lucro que deja la incitación al vicio; pero cuando la frontera entre una y otra se respeta, la convivencia es llevadera.

Hasta el momento Guararé y su festival han sobrevivido a los intentos de una pretendida modernización obnubilada por las pingües ganancias que podría producir tal “modernismo” y que no deja ver, a sus promotores, la magnitud de la riqueza cultural que encierra las tradiciones y el folclor que el pueblo guarareño defiende con fuerza y valentía.

La Mejorana es para siempre, mientras haya vida y pundonor en un pueblo que se caracteriza por su acendrado regionalismo y tradición. Que la Virgen de Las Mercedes, Patrona de Guararé, interceda para que continúe esta manifestación popular que reúne a todas las expresiones folclóricas de Panamá.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Embarazos precoces y educación sexual

Tarea pendiente del país este tema, que encuentra escollos diversos al momento del debate porque, en la mayoría de los casos, se toma como bandera ideológica y se utiliza para separar la sociedad entre "conservadores" y "liberales" que, en mi opinión es su principal barrera.

Con la reciente revelación de una encuesta sobre sexualidad, algunos aprovechan para culpar a los prejuicios y tabúes como causantes de los embarazos precoces y el contagio del VIH/SIDA. Sin embargo, si nos ponemos a observar la conducta de los afectados y a pensar acerca de las causas que llevaron a las víctimas a sufrir las consecuencias de sus actos,nos damos cuenta que la mayoría de las veces tales prejuicios y tabúes están ausentes en la conciencia y la personalidad de los afectados.

Por años he observado y conversado con jóvenes que han sufrido las secuelas del embarazo precoz, tanto hombres como mujeres, y con otros que han caído en las garras del abuso de las drogas y las enfermedades de transmisión sexual (ETS), incluido el SIDA. En la mayoría encuentro una constante: son personas con una base endeble de principios y valores, cuadro de rechazo y desamor entre familiares y personas del entorno cercano y hogares desintegrados. De prejuicios y tabúes, en el campo sexual, casi no percibo este elemento; mas bien lo consideran como algo normal en sus vidas y, desde su punto de vista, la práctica coital es buena y placentera.

En mi opinión, enfocarse solo en combatir prejuicios y tabúes, sin contemplar el aspecto espiritual y la mentalidad de la población, es el camino equivocado. De hecho, ninguna encuesta que conozca entra a preguntar sobre estos temas y sobre los valores y los principios morales que la sociedad tiene por buenos, por lo que no sabemos, al menos desde el punto de vista científico de esas encuestas públicas, cuál es la base y la mentalidad moral de las personas que dicen tener relaciones sexuales a temprana edad.

Algunas de las cosas que he observado de los embarazos precoces, entre las mujeres, son las siguientes: por lo general el causante es mayor que ellas en edad; los embarazos se producen entre niñas con poca instrucción escolar (primaria) y, también, entre adolescentes con más escolaridad (secundaria); los jóvenes que embarazan a las chicas tienen pobre rendimiento académico o han dejado la escuela, o practican ciertos vicios como libar licor, fumar o consumir drogas, y su porcentaje es menor que el de los adultos que preñan a las muchachas; y una variante concomitante para ambos sexos: la promiscuidad sexual.

Si no abordamos el tema con seriedad y tolerancia hacia el resto de los actores sociales que pueden contribuir a frenar el aumento del problema, poco o nada lograremos. Más que enfrentar a partidarios de la castidad y del condón, a "conservadores" y "liberales", o a los de ética y moral "medioeval" con los "modernos," debemos prestar atención a la mentalidad que prevalece entre las víctimas y a las causas que le llevan a practicar ciertos hábitos de vida riesgosos.

Cuando de embarazos precoces y educación sexual se trata, el prejuicio lo veo más entre los teóricos que entre los practicantes de la sexualidad, principalmente entre quienes rechazan la abstención, la castidad y la fidelidad como elementos importantes para prevenir los embarazos tempranos y el contagio por las ETS.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Desarrollo nacional

Mucho se habla del tema, pero pocas veces vemos planes y programas concretos que nos indiquen el camino y las metas a seguir, para enrumbar el país hacia el progreso y el bienestar social, cultural, económico y político.

Variados son los intentos que se han hecho en ese sentido, pero muy poco han prosperado, por falta de seguimiento, unas veces, y por ausencia de voluntad y sentido en la asunción de los compromisos adquiridos con visión de estado y nación. Desde las iniciativas de Bambito y Coronado, hasta los recientes diálogos por la seguridad social, la justicia y la concertación. Cada partido que asciende al gobierno impone su pauta, en detrimento de los avances y consensos logrados antes de su reinado.

Estamos empantanados en materia de participación ciudadana y en la práctica de la gobernabilidad. Aún existe la mentalidad que el poder se alcanzó para gobernar como le venga en gana al que está arriba en el momento. Es cierto que el vencedor de las elecciones fue escogido para dirigir el gobierno, pero en ningún momento le fue entregada una patente de corso para pasar por encima de la Constitución y las Leyes de la República.

Cada gestión de gobierno debe contar con la confianza ciudadana, que solo es posible alcanzar con una buena administración, la transparencia y la rendición de cuentas. Si practica celosamente estos principios, la crítica y los cuestionamientos serán los que normalmente se le hace a todo gobernante.

Nuestro país debe abocarse a discutir temas importantes para el desarrollo nacional, tales como: la reforma del sistema político y administrativo, la administración de justicia, el régimen municipal, la elección de las autoridades, el plan de inversiones nacionales a largo plazo, y el referéndum como instrumento de coparticipación ciudadana en la decisión de los gobiernos locales.

Urge separar la elección de las autoridades nacionales y locales, para darle mayor poder al voto ciudadano. Presidente, vicepresidente y diputados deben escogerse por separado de los alcaldes, representantes de corregimiento y concejales. Mas aún, debe eliminarse la dualidad del cargo de representante de corregimiento y concejal, para que el primero se dedique a atender las Juntas Comunales y los concejales le den toda su atención a los problemas municipales.

La construcción de grandes estructuras como hidroeléctricas, carreteras, aeropuertos, puertos y desarrollo turístico, deben ejecutarse con leyes marco sustentadas con estudios y objetivos claros y definidos, que sea obligatorio cumplir por los diferentes gobiernos que se sucedan en el país, a través de planes quinquenales, según las etapas que sean necesarias para completarlos.

El desarrollo nacional nos compete a todos y no solo a los gobernantes. Cada parte de la sociedad debe colocar la pieza que le corresponde, para alcanzar las metas propuestas, en armónica colaboración y responsabilidad por el grado de compromiso que le asista. Gobernar, en el mundo actual, significa consultar, facilitar y gestionar con criterio y claridad en el desempeño de la gestión de gobierno. Si las cosas se imponen o se hacen solo de manera sectaria, al fracaso están llamadas, y creo que mucho de eso nos pasa ahora.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Recorte presupuestario

Las noticias sobre recortes presupuestarios a las entidades del estado no son muy halagüeñas. Mientras el gobierno anuncia portentosas obras mega millonarias, las escuelas y universidades reciben drásticos recortes en sus presupuestos.

Es inconcebible que un gobernante que fundamentó su campaña condenando el gasto millonario del gobierno anterior y juró y perjuró que invertiría en salud y educación, como prioridad, ahora recorte sin asco el presupuesto de las escuelas y las universidades públicas. Sabemos que los políticos de nuestro patio prometen más de lo que cumplen, pero nunca antes había visto tal danza de millones en concreto, hierro y vidrio, en detrimento de la educación.

Sin empacho se recorta entre 30 y 50 por ciento del presupuesto educativo, Ministerio de Educación y universidades, mientras se insiste en una torre de vidrio, con forma de tuza, de más de 200 millones de dólares y en la compra de los corredores Norte y Sur, por más de mil millones de dólares. Una torre de 70 pisos innecesaria, en un tramo de la Avenida Balboa, que debe preservarse como muestra de su conjunto arquitectónico original, después de la devastación que se hizo a hierro y concreto, y un par de autopistas en estado cuestionable, por las que ya el país ha pagado cientos de millones en dinero, en tierras y en concesiones de relleno del lecho marino que han causado un grave daño a sistema ecológico costero.

Pareciera que más importante es el negocio oficial de bienes raíces, que la educación de más de medio millón de estudiantes que asisten a las escuelas y las universidades estatales. Mientras en la tuza de vidrio multimillonaria los funcionarios y los privilegiados que ocupen sus oficinas, verán el azul del mar todos los días, en un ambiente acondicionado, los alumnos de los centros de estudios básico, medio y superior, tendrán que soportar el calor, las goteras, los sanitarios dañados y los tableros viejos. Aquí, en este ambiente, la única educación liberadora será la habilidad de lanzarse a diputado o pelechar del estado como político profesional o funcionario baila la vara que está un ratito con el gobierno y otro con la oposición, saltando de partido en partido.

Si este recorte drástico se produce ahora que hay millones, cómo será cuando tengamos que pagar la deuda que nos dejará la Tuza Financiera, los corredores Norte y Sur, el nuevo Complejo del Seguro Social, la carretera costanera del Atlántico, el metro y quién sabe otra cosa que se les ocurra en el camino de locura que llevan.

lunes, 13 de septiembre de 2010

El uso del taxímetro en Panamá

La autoridad del tránsito estudia el uso obligatorio del taxímetro, para facilitarle al usuario el uso del servicio de transporte selectivo de pasajeros. Desde hace mucho se propone esta medida, pero su aplicación siempre choca contra los intereses creados de concesionarios y políticos.

El sistema actual de tarifas por zonas resulta injusto, tanto para los pasajeros como para los taxistas, porque los primeros sufren el abuso del cobro antojadizo del pasaje y los segundos ven mermados sus ingresos en las horas de mayor tráfico, al demorar más tiempo entre una carrera y otra. El taxímetro es lo más justo, para unos y otros, siempre y cuando la tarifa se establezca por tiempo de uso del servicio y no por carrera.

Con el método actual, el taxista decide para donde viaja y cuantas carreras transporta. Todo esto fuera de la ley, pero, por la necesidad del usuario, este tiene que aguantarse el abuso o de lo contrario se quedaría esperando por algún "buen samaritano" que lo lleve a su destino como manda la ley para la prestación del servicio público de transporte selectivo de pasajeros. El taxímetro acabaría con las forzadas carreras colectivas que imperan en la actualidad, porque la marcación sería por una sola carrera, dado el carácter selectivo del servicio de taxi.

La Autoridad de Tránsito debe, en virtud de su papel como reguladora del transporte público, instaurar el uso obligatorio del taxímetro, a la mayor brevedad. Es cierto que considera, también, otros temas relacionados como los sitios donde los taxis harán piquera o la afectación que su circulación tenga sobre el proyectado Metro o el metrobús, próximo a entrar en servicio, pero esto no impide que el uso del taxímetro se adopte de manera previa.

Bastante tiempo hemos pasado soportando la explotación del servicio público de transporte colectivo y selectivo de pasajeros, bajo un régimen anárquico impuesto por los concesionarios, en contra de toda justicia y toda ley. El mundo marcha hacia un uso mayor del transporte público, por lo que debe garantizarse su eficacia y su eficiencia. La práctica de negocio individual y el sostenimiento de normas que sólo favorecen a los concesionarios, en detrimento del usuario, debe cesar. Ya se han dado los pasos con relación al servicio colectivo de pasajeros, en la capital, ahora es el turno de regular a los taxis con el taxímetro. Ojalá no termine el asunto en nada o, lo que es peor, en una componenda que legitime el abuso de los taxistas hacia los usuarios.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Los derechos son para todos

La Asamblea se apresta a discutir una ley que castiga la discriminación contra los homosexuales que de ser aprobada, constituye un fuero y un privilegio para esas personas. La ley, para ser justa, debe alcanzar a todos los seres humanos, sin distinción alguna.

En el caso de los homosexuales del patio, que buscan una ley que castigue a quienes se burlan de ellos, bien pueden hacer uso de otras normas vigentes, que no los excluyen. Ellos tienen el mismo derecho que los demás, ni más ni menos. Cualquier ley atinente a la discriminación debe alcanzar, también, al resto de la población. Si ha de castigarse a alguien por discriminar a un semejante, no puede solo quedarse en la discriminación hacia la persona homosexual, debe incluir al que discrimina al viejo por ser viejo, al cojo por ser cojo, al ciego por ser ciego, o al tartamudo por ser tartamudo.

Con la clase de diputados que tenemos, que en su mayoría funcionan con base en el sectarismo partidista o su vínculo con el poder de turno, por las prebendas y las ventajas que sacan de ello, es difícil que veamos un debate amplio y razonado de una propuesta de ley como la mencionada. Si la consigna del poder es aprobarla o rechazarla, lo harán sin más. Nada de explicaciones ni discusiones ni argumentos sustentados, la línea viene de arriba y eso basta.

Conozco muchos homosexuales, hombres y mujeres, que jamás han necesitado de una ley para que sean respetados o tenidos en alta estima por el resto de la comunidad. Su recto proceder, su don de gentes, su trato respetuoso hacia las demás personas y su actitud de vida le bastan. El problema lo tienen otras personas, homosexuales o no, que acostumbran a hacer escándalo, a molestar al que está al lado con su manera de actuar y a creerse que pueden hacer lo que les venga en gana, so pretexto de una libertad y una discriminación mal entendida.

Yo estoy de acuerdo con una ley que condene la discriminación, siempre y cuando incluya a todas las personas. Si es para un grupo específico, me opongo, porque considero que es un fuero y un privilegio para un sector particular. El único derecho de no ser molestada o discriminada que debe tener la población homosexual, es el que tenemos el resto de las personas. Ni más ni menos. La igualdad es para todos, sin excepción.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Una encuesta para pensar

La reciente encuesta de la empresa Unimer revela que la mayoría de los encuestados opina que debe hacerse más inversión en educación y valores, como parte del progreso social que anhelamos. Esto contrasta con las grandes obras estructurales que anuncia el gobierno.

Desde hace años variadas voces claman por más atención en esos campos, pero son desatendidas por quienes tienen el poder de decisión. La educación, sustento del país en el campo de la ciencia y la tecnología, está descuidada en nuestro. A pesar de los cientos de millones gastados en el sistema educativo, la realidad no se compadece con la inversión que se hace. Mucho se dedica a compromisos salariales y a la manutención de un aparato ineficiente, pero poco al acondicionamiento de laboratorios, equipos didácticos, promoción de la investigación y actualización constante de los docentes y los programas de estudio o pensum académico.

Si la instrucción está endeble, ¿qué pensar de la formación en valores? Desde hace mucho se decidió que era innecesaria, que era cosa del hogar, que la escuela estaba para el conocimiento científico en vez de la formación de la conciencia. La moral, la ética y el civismo fueron convertidos en un cóctel que ni se traga ni se sabe licuar adecuadamente. Los valores, que el mundo de hoy vuelve a exigir en las empresas y las instituciones, están ausentes en las estructuras y la institucionalidad de la sociedad panameña.

Ya el pueblo empieza a despertar del letargo que una vez le impuso el canto de sirena de los políticos y otros personajes, que le inculcaron que el progreso está en las imponentes obras materiales, tales como: los puentes, las carreteras, los edificios y otras similares, en vez de enseñar que el progreso es producto de la realización de la persona humana capaz de producir esas obras, después de cultivar el conocimiento y los valores que hacen posible el buen uso y desarrollo de la ciencia, la tecnología, la organización social y la convivencia humana.

No nos llamemos a engaño, porque la encuesta antes mencionada nos pone de cara a una realidad concreta: la inversión en educación, prevención de la violencia y formación en valores debe estar por encima de las canchas deportivas, la salud sexual y reproductiva, el combate a la discriminación y la administración de justicia. Y cómo no ha de estarlo en la mente de los encuestados, si es de aquellas –educación y valores- de las que parten todas las demás. Sin personas bien educadas y formadas en valores, difícilmente tendremos respeto y justicia en una sociedad cada vez más atacada por la corrupción moral y social.

Ardua será la lucha para lograr el cambio de mentalidad entre los poderosos e influyentes del patio, pero debemos continuar con el esfuerzo hasta alcanzar la meta final: un Panamá mejor en su gente, en su cultura y en su sociedad.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Diputados nacionales

Ya empezó el rumor de una reforma constitucional para, entre otras cosas,crear la figura de los diputados nacionales y la de diputado vitalicio para los ex presidentes. La reacción del mandatario Ricardo Martinelli es decir que esas son locuras. Pregunto yo: ¿Acaso su gobierno no es de locos? Por tanto, las locuras le son propias al Excelentísimo y a sus seguidores.

Para los cuerdos, por supuesto que eso de diputados nacionales es una locura, igual que elegir a los gobernadores por el voto popular. En un país pequeño como el nuestro, elegir gobernadores por sufragio es declarar al país federalista; y gobierno federal es lo menos que quieren los políticos nuestros, porque perderían el poder que le garantiza el centralismo vigente.

En cuanto a los diputados, me parece que mejor sería que se eligieran por el voto directo e individual. Nada de cuocientes, ni medio cuocientes, ni mucho menos residuo. Una persona, un voto; un candidato, un voto. ¡Adiós al voto plancha! Si alguna locura no manicomiable quieren cometer, esta sería la mejor.

Aun el "Loco Mayor" lo niegue, bien que les ha pasado por la mente la reforma constitucional. Que crean que somos tontos, es otra cosa. Cuando el río suena es porque piedras trae. Aquí nos lanzan la cortina de humo o la cáscara de guineo, para medir la reacción del pueblo. Que se dejen de bellaquerías, porque muchos somos los que sabemos distinguir al lobo aún con disfraz de oveja.

Olvídense de los diputados nacionales, porque eso es abultar la cuota de las curules en la Asamblea. Al fin y al cabo, nacionales o circuitales, llegan a las mismas componendas y sucumben ante la influencia y la corrupción del que tiene más poder (con sus excepciones, claro). Si el asunto es evitar el juegavivo político que permite el sistema de circuitos electorales, votemos por provincia, y que el diputado sea elegido por todos los electores de la provincia respectiva. Al menos, así, nos libraremos de algunos que logran salir electos por la cuota de poder que tienen en determinado barrio, o por el detestable e inmoral "residuo".

Cuando asomen la cabeza con sus reformas, ya verán de lo que recibirán.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Encaminados hacia el centralismo

La década de 1990 nos trajo aires inspiradores de descentralización, para acercar la solución de los problemas a la población y las comunidades. Los vientos que soplan en el comienzo de la 2010 al parecer nos encaminan hacia el centralismo estatal.

Asuntos como la recolección y el tratamiento de la basura, el transporte, la inversión en los proyectos comunitarios, el turismo y el urbanismo, entre otros, son o serán de dominio de entes nacionales. La cultura centralista facilita, en una sola dependencia, la administración de los recursos, pero pone distancia entre el ciudadano común y la autoridad competente, porque la visión del organismo encargado tiende hacia lo nacional y olvida lo local. La gestión y los trámites se alejan del ciudadano común y se inclinan a la burocratización. Lo que conviene para la administración de los recursos económicos, va en proporcionalmente en detrimento de la solución de los problemas de las comunidades pequeñas o los gobiernos locales.

Para que las llamadas “autoridades” – Turismo, Aseo y otras – alcancen a llegar a la base misma de la sociedad, es menester crear oficinas de enlace en los municipios. De esta forma los proyectos saldrían desde las comunas, con una visión más local, en vez de ser tratados como proyectos nacionales. Igual será necesario capacitar a los empleados municipales que han de encargarse de la tarea de enlazar con aquellos entes, garantizándoles la estabilidad en el cargo, para evitar el vicio de despedirlos cada vez que cambia el poder de manos de un partido a otro.

Esta cuestión de la descentralización municipal no es nueva, aunque después de la Invasión de diciembre de 1989 ganó cierto impulso. Recuerdo el intento que se hizo con la creación del Instituto Para la Descentralización Municipal (IPADEM), en el cual me invitaron a participar en sus orígenes. También, proporciones guardadas, aspectos de la descentralización y otros puntos para el desarrollo de la democracia y el estado fueron planteados en la iniciativa Visión 2020, de la que también participé como parte de los representantes de la sociedad civil.

Urge poner en práctica la descentralización del estado, para poner en manos de los municipios algunas gestiones que ahora están o se traspasarán a entes nacionales. Tenemos que vencer el temor que nos salga algún alcalde inepto, porque las instituciones trascienden el efímero periodo de un funcionario alcaldicio en el poder. Si de temor se trata, pensemos, también, en que nos surja algún presidente inepto o autoritario, que podría descalabrar, desde los entes nacionales que controla, toda la administración de esos asuntos. Es mejor tener unos cuantos alcaldes ineptos, entre los casi 70 del país, que un presidente que lo acomode o desacomode todo según su talante.

Necesitamos más espacios de participación, para fortalecer el poder ciudadano, para que el ciudadano sea escuchado debidamente, y para hacer progresar el país con la ayuda y el consenso de la comunidad. El desafío está frente a nosotros, solo resta afrontarlo.