miércoles, 8 de septiembre de 2010

Una encuesta para pensar

La reciente encuesta de la empresa Unimer revela que la mayoría de los encuestados opina que debe hacerse más inversión en educación y valores, como parte del progreso social que anhelamos. Esto contrasta con las grandes obras estructurales que anuncia el gobierno.

Desde hace años variadas voces claman por más atención en esos campos, pero son desatendidas por quienes tienen el poder de decisión. La educación, sustento del país en el campo de la ciencia y la tecnología, está descuidada en nuestro. A pesar de los cientos de millones gastados en el sistema educativo, la realidad no se compadece con la inversión que se hace. Mucho se dedica a compromisos salariales y a la manutención de un aparato ineficiente, pero poco al acondicionamiento de laboratorios, equipos didácticos, promoción de la investigación y actualización constante de los docentes y los programas de estudio o pensum académico.

Si la instrucción está endeble, ¿qué pensar de la formación en valores? Desde hace mucho se decidió que era innecesaria, que era cosa del hogar, que la escuela estaba para el conocimiento científico en vez de la formación de la conciencia. La moral, la ética y el civismo fueron convertidos en un cóctel que ni se traga ni se sabe licuar adecuadamente. Los valores, que el mundo de hoy vuelve a exigir en las empresas y las instituciones, están ausentes en las estructuras y la institucionalidad de la sociedad panameña.

Ya el pueblo empieza a despertar del letargo que una vez le impuso el canto de sirena de los políticos y otros personajes, que le inculcaron que el progreso está en las imponentes obras materiales, tales como: los puentes, las carreteras, los edificios y otras similares, en vez de enseñar que el progreso es producto de la realización de la persona humana capaz de producir esas obras, después de cultivar el conocimiento y los valores que hacen posible el buen uso y desarrollo de la ciencia, la tecnología, la organización social y la convivencia humana.

No nos llamemos a engaño, porque la encuesta antes mencionada nos pone de cara a una realidad concreta: la inversión en educación, prevención de la violencia y formación en valores debe estar por encima de las canchas deportivas, la salud sexual y reproductiva, el combate a la discriminación y la administración de justicia. Y cómo no ha de estarlo en la mente de los encuestados, si es de aquellas –educación y valores- de las que parten todas las demás. Sin personas bien educadas y formadas en valores, difícilmente tendremos respeto y justicia en una sociedad cada vez más atacada por la corrupción moral y social.

Ardua será la lucha para lograr el cambio de mentalidad entre los poderosos e influyentes del patio, pero debemos continuar con el esfuerzo hasta alcanzar la meta final: un Panamá mejor en su gente, en su cultura y en su sociedad.

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