sábado, 11 de septiembre de 2010

Los derechos son para todos

La Asamblea se apresta a discutir una ley que castiga la discriminación contra los homosexuales que de ser aprobada, constituye un fuero y un privilegio para esas personas. La ley, para ser justa, debe alcanzar a todos los seres humanos, sin distinción alguna.

En el caso de los homosexuales del patio, que buscan una ley que castigue a quienes se burlan de ellos, bien pueden hacer uso de otras normas vigentes, que no los excluyen. Ellos tienen el mismo derecho que los demás, ni más ni menos. Cualquier ley atinente a la discriminación debe alcanzar, también, al resto de la población. Si ha de castigarse a alguien por discriminar a un semejante, no puede solo quedarse en la discriminación hacia la persona homosexual, debe incluir al que discrimina al viejo por ser viejo, al cojo por ser cojo, al ciego por ser ciego, o al tartamudo por ser tartamudo.

Con la clase de diputados que tenemos, que en su mayoría funcionan con base en el sectarismo partidista o su vínculo con el poder de turno, por las prebendas y las ventajas que sacan de ello, es difícil que veamos un debate amplio y razonado de una propuesta de ley como la mencionada. Si la consigna del poder es aprobarla o rechazarla, lo harán sin más. Nada de explicaciones ni discusiones ni argumentos sustentados, la línea viene de arriba y eso basta.

Conozco muchos homosexuales, hombres y mujeres, que jamás han necesitado de una ley para que sean respetados o tenidos en alta estima por el resto de la comunidad. Su recto proceder, su don de gentes, su trato respetuoso hacia las demás personas y su actitud de vida le bastan. El problema lo tienen otras personas, homosexuales o no, que acostumbran a hacer escándalo, a molestar al que está al lado con su manera de actuar y a creerse que pueden hacer lo que les venga en gana, so pretexto de una libertad y una discriminación mal entendida.

Yo estoy de acuerdo con una ley que condene la discriminación, siempre y cuando incluya a todas las personas. Si es para un grupo específico, me opongo, porque considero que es un fuero y un privilegio para un sector particular. El único derecho de no ser molestada o discriminada que debe tener la población homosexual, es el que tenemos el resto de las personas. Ni más ni menos. La igualdad es para todos, sin excepción.

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