martes, 27 de abril de 2010

Millones que vienen y van

Las informaciones gubernamentales de las últimas semanas dan cuenta de planes millonarios para la realización de proyectos y obras en los años próximos. La pregunta que me hago es: ¿Tendremos tanto dinero?

Aeropuertos, barrios renovados, carreteras, puentes sobre el Canal, metro, autobuses, ciudad gubernamental, torres de hasta 70 pisos para oficinas estatales, se cuentan entre lo anunciado. Todas, de realizarse, serían de beneficio para el país, por lo que mi aprehensión no está en su utilidad o falta de necesidad, sino en lo costosas que resultan para realizarse durante los 4 años que le quedan al actual gobierno.

El presupuesto de inversión del estado ronda los dos mil millones, en los últimos años. De mantenerse esa cifra, estaríamos hablando de unos ocho mil millones en los 4 años venideros. Si sólo se realizaran las espectaculares obras anunciadas, quizá alcanzaría la plata; pero si ese cálculo presupuestario se comparte con otras obligaciones que tiene el estado en salud, educación, obras públicas, y otros, probablemente nos lleve a un endeudamiento mayor, o al aumento de la carga tributaria.

Panamá es un país con gran cantidad de recursos, entre ellos el dinero, que lo coloca como uno de los más ricos de la región centroamericana. Probablemente, es también el que tiene el mayor presupuesto gubernamental del área. Si sabemos manejar racionalmente nuestros recursos, podríamos revertir, en corto plazo, los índices de pobreza que mostramos. Fijar prioridades en cuanto a las inversiones; programar obras consensuadas con los diferentes sectores, para que sean realizadas más allá de un periodo presidencial; y acordar con la sociedad política y la sociedad civil un plan de desarrollo nacional que sea respetado por las distintas administraciones gubernamentales, sería de gran provecho para la nación.

Oír de tantos millones que vienen y van atemoriza, porque no sabemos, a ciencia cierta, cuánta plata hay en las arcas nacionales, o si nuestra deuda aumentará tanto que sobrevendrán años de austeridad y crisis económica, provocadas por la danza incontrolada de millones que se gastarían en obras y proyectos portentosos.

Quienes crecimos bajo la dictadura militar recordamos, muy bien, los constantes anuncios de millonarios proyectos: unos realizados, otros no. Sabemos lo que nos costo en endeudamiento. Ya no existe dictadura, pero vuelve el anuncio de la gastadera de millones y millones. ¿Cuál es el mensaje real que quieren darnos? Estemos alerta, porque hablar de tantos millones nos mareará, y mareados estaremos indefensos.