jueves, 7 de abril de 2011

Un viajero patriótico

Andrzej en su Oldsmobile

Santuario de San Felipe de Portobelo, Colón, Panamá

Andrzej Sochacki visita la oficina de Luis Alberto Díaz Jr.

A lo largo de los cinco continentes cientos de personas, algunas en solitario, recorren el mundo con diferente propósito.  Ya sea por placer, investigación, o por realizar alguna hazaña particular, esa pléyade de viajeros entran en contacto con diversos pueblos y culturas.  Uno de ellos, Andrzej Sochacki, nos visitó hace poco en Panamá.

Andrés, su nombre en castellano, es polaco,católico, ingeniero en mecánica, profesor asistente de la Universidad de Varsovia, y periodista.  A sus 75 años realiza su octavo viaje alrededor del mundo, en esta ocasión le da la vuelta al continente americano, por el litoral de ambos océanos.  A bordo de su auto Oldsmobile, acondicionado con litera y otros implementos de viaje, hace el recorrido por tierras americanas acompañado de una mascota (peluche) que le entregó su hijo menor.

"Soy un viajero" -dice Andrés- y aclara que no se considera turista, porque el turista viaja para satisfacerse a sí mismo, pero el viajero habla de la cultura y de los pueblos que encuentra a su paso.  Tras recorrer 134 países durante 11 años, Andrés anticipa que este es su último recorrido como viajero.  La razón es obvia: la edad.  Este es mi quinto viaje "patriótico" y mi última gira.  ¿Por qué patriótico?: porque me encuentro con todos los polacos veteranos de la II Guerra Mundial que aún viven.  Cinco viajes patrióticos contactando a los veteranos regados por el mundo, de los cuales muchos han muerto y ya no los encuentra en el siguiente viaje.

Este viajero, que siempre recorre el litoral y las ciudades costeras de los continentes, quiere legar su trabajo a la juventud de Polonia, que debe conocer la historia de su pueblo.  Por eso escribo un libro después de cada viaje, exclama emocionado.  Quiero dejar estos datos históricos para los jóvenes polacos, insiste.  Mi padre fue veterano de la II Guerra Mundial.  Luchó contra el comunismo; luchó para que Polonia fuera libre, no comunista, recalca Andrés Sochacki.

De entre sus cosas saca un libro de registro y me lo muestra.  Allí guarda los mensajes y firmas de las personas que visita, algunos con sellos de organismos y entidades.  Le escribo unas palabras y estampo el sello del periódico que dirijo, Panorama Católico.  Siempre visita las iglesias, lo que lo convierte en peregrino, además de viajero.  No es un viajero común: es un hombre cristiano, católico, cuyo compañero -a decir de él mismo- es su Ángel de la Guarda, porque suele viajar solo, y que le acompaña en todos sus viajes.

Su primer viaje fue en un auto Volkswagen escarabajo, al inicio del pontificado de Juan Pablo II, quien le bendijo en la Plaza de San Padre y le dio unas palabras de aliento.  De este instante conserva una fotografía.  Andrés mantiene dos centros para viajeros; uno en Varsovia, Polonia, y otro en Phoenix, Arizona, Estados Unidos de América.  Es un club internacional denominado The Vagabond Center, que provee albergue y asistencia a los viajeros.

Andrés deja su agradecimiento para el padre Carlos Rodríguez, párroco de Portobelo, quien le dio acogida para guardar su Oldsmobile durante su estadía de tres días en esa ciudad del caribe panameño.  También a sus amigos de Autoguard Poland, que le facilitan el sistema de posicionamiento global GPS, para que lo localicen en cualquier momento y en cualquier lugar.

Nos despedimos de este hombre de 75 años, que no se le notan en su cuerpo, y que es un enamorado del mundo, de su fe y de su patria.  Parte de Panamá en ruta hacia Ushuaia, su meta final.

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