martes, 16 de marzo de 2010

Reforma tributaria contra el pobre

La reforma tributaria que nos anuncian desde hace meses es, en cierta medida, un duro golpe al pobre y al asalariado. Por un lado se exonera, y por el otro se aprieta y se desangra el bolsillo.

Es digno reconocer el esfuerzo del gobierno por dotar de útiles y libros a los escolares, de exonerar o reducir el pago del impuesto sobre la renta a un gran número de asalariados, y de darle un paliativo económico a la población mayor de 70 años. Este reconocimiento, sin embargo, no es motivo para callarnos o dejar de ser críticos frente a otros hechos o decisiones de los gobernantes. Lo que se le da al pueblo, para su bienestar, es un deber del que gobierna, no un favor o una dádiva. En esto que estemos claros.

Aumentar el impuesto de transferencia de bienes muebles y servicios, o impuesto al consumo, o ITBMS como se conoce comúnmente, representa un golpe fuerte a la población pobre y a aquella que depende sólo del salario para mantenerse. Hay otras cosas que pueden gravarse, y otras más que pueden hacerse para disponer de más recursos fiscales. Encontrar cuáles es función de las autoridades, que para eso fueron elegidas y llegaron al poder con esas promesas. ¡Qué cumplan!

Desde el punta de vista de la propaganda, nos quieren convencer, de manera engañosa, de la bondad de algunas medidas tributarias. Un ejemplo es el salto del 5 al 7 por ciento del ITBMS. Nos dicen que sólo es un aumento del 2% y que eso representará 2 ó 3 balboas mensuales para la gente de escasos recursos. ¡Mentira! La realidad es otra: por cada balboa de impuesto que pagamos ahora, pagaremos 1.40 balboas con el nuevo impuesto. El aumento, por tanto, es de 2 puntos porcentuales, pero del 40% efectivo en el pago del impuesto. Allí está el duro golpe a nuestros bolsillos.

Si no lo cree, véalo así: 5% de un balboa es 0.05 centésimos; 7% del mismo balboa es 0.07 centésimos. Con la actual tasa del 5 por ciento, cuando usted gasta 20 balboas en artículos o servicios gravados con el impuesto, paga 1 balboa de ITBMS. Si tenemos que pagar 7% por la misma compra de 20 balboas, pagaremos 1.40 balboas. Si gastamos 200 balboas mensuales en productos y servicios gravados, pagaríamos 14 balboas. No 2 ó 3 balboas como nos dicen. El monto de lo pagado se incrementará a medida que más necesidad haya de gastar, especialmente para la clase media asalariada, que tiene salarios entre 1,000 y 2,500 balboas, y a quien la reforma tributaria golpeará más fuerte.

Otro ejemplo es el impuesto que tendrían que pagar los carros de más bajo precio. Aquellos que usa el pueblo. Le exoneran del impuesto de introducción, y proponen gravarlos con 18% más 7% al momento de la venta, lo que será trasladado al comprador. En términos reales, pagaríamos más dinero en impuesto por los autos.

No tengo nada político en contra de este gobierno. No me subí ni al carro de los locos, ni al de los cholos, ni al del que en paz descanse. Por ninguno voté, y a ninguno le debo apoyo como candidato. Lo que sí sé es que se dijo: “los locos somos más” y no “los bobos somos más”. Y ningún loco, por mucho que lo esté, aceptaría este aumento de impuesto.

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